“- ¿Abuelo
que tienes, te veo preocupado, que es lo que te atormenta? Hace dos horas que
estas allí enojado sin decir una palabra -”.
Viendo
que su nieto había puesto tanta dulzura al hablarle y que, pobre joven, estaba
con el corazón en la mano por él, Meni, aunque no tenía ninguna intención de
hablar, no podía sustraerse de las preocupaciones del nieto. Verdad, sus
pensamiento eran feos, demasiado torcidos para ese muchacho tan joven. Pero por
lo mismo, por como se habían puesto las cosas, Meni, no podía echarse
atrás y así, dando algunas vueltas,
empezó a contar de donde le venia su
malestar.
“- Muchos años atrás, cuando yo era muchacho, en
todos los pueblos de la Provincia de Udine se hablaban cuatro lenguas.
Los señores, entre ellos, usaban el veneciano,
aunque era un veneciano por así decirlo.
Lo habían arreglado como pudieron para hablar la misma lengua de los patrones:
era un reto, no querían ser menos.
El párroco y los curas bajo su mando, en cambio,
para sus rezos y misas, - como ya sabes -
usaban el latín.
¿El italiano? El italiano lo usaban las maestras y
los maestros con los chicos en las escuelas y el alcalde con los de su grupo
cuando se encontraban en el Palacio Comunal. -
Toda la gente del pueblo como yo, usaba la lengua
friulana. La lengua usada por nuestros viejos -, había agregado el abuelo. –
Ese hablar, que según los señores, por no decir nuestros patrones, no era una
lengua, sino un dialecto. Para decirlo de una vez: la lengua de los humildes ...
Aquellos, nieto, eran los años ni bien terminada la guerra, años de miseria y
de hambre para muchas familias -.”
El abuelo, débil como estaba, se había cansado
contándome esas cosas. Pero después de haber tomado aire y secándose las tibias
lágrimas de sus ojos que le bañaban el rostro, siguió adelante con sus
palabras:
“-... después de más o menos veinte años de
terminada la guerra, las cosas empezaron a cambiar para mejor. Primero, esos
cuatro señorones del pueblo se fueron a vivir a la ciudad y el pseudo veneciano
que hablaban, ya no lo usaba nadie más. Y las cosas no terminaban allí. Un
Papa, uno de esos que no podemos olvidar, justo en esos años, dió la orden a
todo el clero de no usar mas el latín para los rezos y las misas, debían usar
el italiano, y si lo hablaban, porque no, el Friulano.
Se había puesto en la cabeza y tenia razón, que solo
así, todos podían entender mejor sus rezos y sobretodo las palabras usadas en
las funciones religiosas. En definitiva, en esos años, en los pueblos y también
nosotros, se hablaban solamente dos lenguas: el italiano en las escuelas, en la
iglesia y en el municipio; el Friulano, que ya nadie consideraba un dialecto,
mas bien, y ya era hora, una verdadera lengua -.
Aquellos, nieto, fueron, a lo mejor, los años mas lindos
que conoció el pueblo friulano. Nuestros pueblos se habían convertido en una segunda Suiza.
Además, aquellos que, ni bien terminada la guerra debieron hacer las valijas
para no morir de hambre, habían podido volver a casa: había trabajo para todos.
¡Piensa tu! Trabajo cerca de la puerta de tu casa, hablando la lengua que les
habían enseñado, en los vecindarios, nuestros viejos.
Lindos tiempos...aquellos..., pero, como decían los
mayores, bien quizás: la codorniz no siempre va por el mismo surco, y también
esta vez lo cambió. En los últimos años las cosas fueron cambiando para peor.
Trabajo no hay para todos y sobretodo para los
jóvenes como tu y no pasará mucho tiempo para que me saquen la pensión también
a mí. Se viene un mundo donde yo no me reconozco más. Por las calles ya no se
ve a nadie, a los chicos por el pueblo los contás con los dedos de una mano.
Todo cambia. También los curas vuelven a decir misa en latín. ¿Y el friulano?
No lo habla ya nadie, solo esos cuatro viejos que quedaron. Volveremos, vaya,
como una vez, donde la miseria la cortabas en fetas y en el pueblo se hablaban
las cuatro lenguas. Es cierto que si un pueblo pierde el trabajo y su lengua,
pierde su dignidad y su destino está marcado.
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Autor: Nello Malisano
Traducción al español: Galliano R. De Agostini
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¡Gracias, Galiano por la traducción al castellano!
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